Menos mal. Hoy es uno de los grandes días que estaba esperando; me quietan la escayola de la pierna. Volveré a ser liiiibre. La del brazo me la quitaron hace un mes más o menos. No he podido pegar ojo en toda la noche pensando que a partir de hoy podré volver a correr. A Leo le espera una buena. Ahora pienso ganarle en todas las partidas que echemos. Con Claudia estoy bien dentro de lo que cabe... Cada vez estoy más seguro de que esconde algo muy importante, y ese algo la está separando de mí cada vez más. No es que llevemos juntos demasiado tiempo, pero si lo suficiente para que la eche de menos, y para que me halla enamorado mucho de ella.
Falta poco. Estoy sentado en la sala de espera. Solo hay un par de personas delante de mí. He venido con mi hermana, porque mis padres están trabajando (como de costumbre). Mi hermana no me presta atención, está con su Iphone en las redes sociales chateando con alguien. Como si ella no tuviese otra cosa que hacer, tiene que estar cotilleando las fotos y los comentarios de los demás...
Cuando sale un enfermera, rechoncha y con cara agradable, y dice mi nombre, mi herma da un respingo y empuja mi silla hasta la consulta del médico.
El traumatólogo, es un hombre mayor. Su pelo gris delata que es bastante mayor. También tiene las manos estropeadas por el paso del tiempo. Ahí se nota la experiencia como buen doctor. Me mira por encima de las gafas sin montura, y después dirige sus ojos hacia una ficha. Vuelve a mirarme, y me mira de arriba a bajo, evaluándome.
-Bien-dice el médico con voz pausada-Es hora de quitarte esa escayola, ¿no?-sonríe.
-Sí-afirmo.
El hombre se acerca a mí, y me lleva hasta una camilla de sábanas blancas. Me ayuda a ponerme sentado sobre la cama, comienza la operación "quitar escayola".
Cuando por fin esa escayola fea y firmada se quita de mi pierna, vuelvo a ver mi preciada extremidad. Intento ponerme de pie. Pero o recuerdo muy bien como se anda...jeje tanto tiempo dependiendo de la silla de ruedas ha pasado factura.
Consigo sentarme al lado de mi hermana. El médico me da algunos consejos, y andando como puedo, ayudado por mi hermana, me monto en el coche, y ponemos rumbo hacia el centro de la ciudad. Mi hermana quiere hacer unas compras... Sí, mujeres...
Consigue aparcar en la calle sin muchos problemas. Después me arrastra hacia tiendas de ropa. Entramos en una tienda de ropa interior femenina (tierra trágame...) Me quedo apartado en la entrada, esperando a que mi hermana mire. Miro disimuladamente los sujetadores de lencería, y la demás ropa interior. Siento vergüenza, y más aún cuando mi hermana me llama, y tengo que ir hacia ella, mientras que los sujetadores que cuelgan de las perchas me dan en los brazos.
-Este o este-dice enseñándome dos sujetadores.
-Ese-digo señalando uno de los dos-¿Nos vamos a otra tienda...?
-Vale, pago esto y nos vamos-dice.
-Te espero en la puerta.
Me voy a fuera. Muevo la pierna, ya casi ando bien del todo. Estoy concentrado con mis ejercicios, cuando veo en la acera de enfrente una silueta familiar. Es Claudia. Está entrando en una farmacia. Es raro. Llevaba sin verla desde hace una semana. No responde a mis llamadas. ¿Qué está pasando? Cuando sale lleva una bolsa grande llena hasta arriba de algo que no llego a ver.
-¡Claudia!-la llamo involuntariamente.
Ella no mira, pero me ha escuchado y reconocido mi voz. Porque ha apretado el paso, sin mirar atrás. MI hermana sale, y nos montamos en el coche. Ya ha comprado toda la ropa que ha querido, y volvemos a casa.
No paro de pensar en porque Claudia me ha ignorado.
***
Vuelvo a pasearme por el instituto caminando con normalidad. La chica de los braquets me mira anonada. Llego a mi clase. Todo el mundo está en la clase sentado, pero solo queda una mesa vacía. La que está a mi lado. Claudia tampoco ha venido hoy.En el recreo le cuento lo que pasó a Leo y a Ali, que tampoco entienden. Nos hemos dado cuenta de que Jorge, el hermano de Claudia tampoco aparece por el instituto. Me convencen para que a la salida de clase vaya a ver a Claudia a su casa.
Ya ha tocado el timbre que indica el final de las clases. Me monto en mi moto y voy a casa de Claudia. Llamo ansioso a la puerta, pero nadie responde. Cuando estoy bajando las escaleras del porche, la puerta se abre.
-Lucas, que quieres-dice Jorge.
Me doy la vuelta, y veo al hermano de Claudia, apoyado sobre el marco de la puerta.
-¿Está Claudia?-digo acercándome-Necesito hablar con ella, es importante.
-Sí, si que está, pero no puede hablar contigo-dice cerrando la puerta.
-Espera-digo, Jorge vuelve a abrir la puerta-Por favor...
-No, cuando Claudia pueda, hablará contigo.
Jorge me da con la puerta en las narices. Me vuelvo a casa malhumorado. Pongo el nombre y los apellidos de Claudia en Google, pero nada. Desesperado, me tiro en la cama. Pero, no se como, encuentro un artículo interesante en una página de un periódico local de un pueblecito... Al fondo de la foto, divido a Claudia con su hermano, están sucios, o eso parece, y sus ropas destrozadas. Leo el titular. "Encontrado el cuerpo de la desaparecida atacada por el oso". No creo que sea un oso... No hay osos. ¿Cómo abra llegado esta noticia a mis manos? La suerte. Estoy destinado a averiguar en qué anda metida Claudia.
Llamo a Claudia al móvil. Para mi sorpresa responde.
-Hola... Lo siento-dice.
-Hola, tengo que preguntarte algo, se que escondes algo, ven a mi casa ahora-digo, y cuelgo.
Espero hasta que el timbre de mi casa suena. Salgo, y abrazo a Claudia. Paso por alto la sensación de hundimiento y de enfado que tenía, y la beso apasionadamente. La estrecho entre mis brazos, no quiero que vuelva a escapar de mi lado. Paro de besarla, y ella pone un dedo en mis labios.
-¿Qué hacías en una página del periódico, donde había habido un ataque de "oso"? Explícamelo-digo rápidamente.
-No era un oso..-dice suspirando.
-Dime que escondes, sino los nuestro a acabado-digo recuperando mi enfado del día anterior.
-No puedo-dice agachando la cabeza.
-Pues hasta que me lo digas hemos terminado.
Me meto en casa y le cierro la puerta en la cara, con lágrimas en los ojos.
Paso toda la tarde llorando.
Mi móvil suena. ¿Qué hora es? Miro el reloj del teléfono las tres de la madrugada. Es Claudia.
-¿Sï?-bostezo.
-Lucas, tenemos que hablar. Voy a tu casa.
Bip. Bip. Bip. Ha colgado.
¿Es ya la hora de enterarme de que es lo que Claudia me oculta? Esta noche lo sabré.
Ahhh, qué nerviosss!!!! Umita
ResponderEliminarQué pasará con Claudia??? Me tienes intrigada!!!!
ResponderEliminarUmita
Bueno solo te digo que la historia no es realista, sino a partir de ahora va a tener un toque "sobrenatural" con eso te lo digo todo ;)
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