CAPÍTULO 3
El lunes todo el mundo habla sobre la increíble fiesta de Ali. Esperan que haga otra pronto. Me han pasado una nota diciendo que la chica a la que besé era la prima de Nico, y que solo pasaba el finde en el pueblo, (menos mal, ella podría haberse encaprichado conmigo, y así, haberme liado para que me quedase en el pueblo) Que rápido se disipan las cosas....
A Leo y Ali se les ve muy felices. Me encanta ver como me bañan con su felicidad. Supongo que les espera un periodo de alegría a ambos, yo debo esperar. Comentan todo lo que hacen, y se les ve muy unidos. Todo el mundo sabe ya que están juntos.
La primera hora de clase tenemos examen de Lengua de literatura (vaya tostón); me he tirado toda la noche estudiando. Pero la profesora, seguro que me va a suspender, porque me tiene manía. Eso de que sea tu profesora de Lengua desde hace cuatro años, hace que sepa tus puntos débiles.
El resto de las clases pasa aburrido y lento. Quiero que sea ya el finde. Dios, aún estamos a lunes...
La semana pasa igual de lento, y por las tardes ha comenzado a llover. No queda otra que estar en casa haciendo la montaña de deberes que me mandan cada día.
Cuando por fin llega el viernes, pasa algo inesperado; que hace que las clases cambien su rumbo.
A primera hora, cuando estamos todos sentados, y mi tutor va a empezar la clase de mates, llaman a la puerta, y le dan una nota a mi profesor, que sale un minuto. Cuando vuelve se dirige a nosotros.
-Haber, a partir de hoy, vais a tener una nueva compañera. Quiero que la tratéis bien, y que no la dejéis apartada-mi tutor está en la puerta, mirando a toda la clase. Cuando la abre, entra un chica.
La chica nueva entra con la cabeza agachada. Se le nota a miles de kilómetros que tiene mucha vergüenza. Su cabello castaño rizado le tapa la cara. El tutor se acerca al centro de la clase y hace mirar a la chica.
-Esta es Claudia, será vuestra nueva compañera desde ahora, os pido, que hagáis que se adapte rápido, y que se sienta como en casa-sonríe a la clase, y me dirige una mirada asesina-Siéntate ahí-señala un asiento a mi lado.
Ahora pasará lo típico. Se me acoplará, y querrá hacerse amiga mía, porque soy su compañero de mesa....
Claudia se sienta, y deja su mochila sobre el suelo. Me mira, esperando algo.
-Soy Lucas-le digo. Tampoco quiero hablar demasiado con ella...
Me sonríe, y juro que es más bonita que he visto nunca. Sus ojos verdes me escrutan. Por un momento estos se tornan vidriosos, y se pone nerviosa. ¿Qué le pasa? ¿He dicho algo que no debería?
El resto de las clases se las pasa a mi lado. Parece no despegarse, y en el recreo, la invito a venir con nosotros. Ali parece llevarse bien con ella, han estado hablando todo el tiempo de cosas de chicas. Leo y yo hemos estado hablando de la chica nueva.
Cuando terminamos las clases, está lloviendo, lloviendo mucho. Claudia se moja bajo la lluvia. No tiene paraguas. Leo se aproxima junto a Ali. Claudia parece estar esperando a alguien, porque no se mueve, y parece tener la mirada en el vacío.
-Oye, ¿por que no la llevas a su casa?-propone Ali dirigiéndose a mi-Leo me acompaña hoy a casa, así que tienes paraguas de sobra, y la chica está pasando frío.
Dudo, pero en cierto modo, Claudia me da pena, bajo la lluvia, y empapada. Me acerco a ella. y le pongo mi paraguas sobre la cabeza. Me mira.
-Venga, que te acompaño a casa-digo con una voz dulce.
Me observa la cara. Cada parpadeo, cada movimiento de mis labios. Parece dudar.
-Vale-se limita a decir. No he escuchado a penas su voz.
-¿Dónde vives?
Me dice donde vive y vamos hacia su casa. La lluvia cada vez es más fuerte, y por la carretera, cae un río de agua. Su casa está un poco lejos del instituto. Pasamos primero por mi casa, y la invito a pasar hasta que pase un poco la lluvia.
Mi casa está vacía. Mis padres se quedan a comer en el trabajo y mi hermana queda con sus amigas para comer en la ciudad. Claudia, se queda en la entrada a pesar de que le he dicho que pase.
-Pasa, venga, no te quedes ahí-le digo.
-Pero no quiero mojar tu casa.
La miro de arriba a bajo, y me percato que está chorreando. El agua ha empapado su ropa, y de su pelo caen miles de gotas de agua.
-Espera, te voy a traer algo de ropa, después si para un poco te llevo a casa en la moto, y si no-dudo en decirlo porque no la conozco-te puedes quedar a comer, hoy estoy solo.
Subo las escaleras, y cojo unos pantalones de mi hermana que ya no usa, y que parecen estarle bien a Claudia, después cojo una de mis camisetas, y le doy la ropa. Entra al cuarto de baño a cambiarse.
Cuando sale, llueve menos. Entonces decidimos que la llevo a casa, porque no quiere causar molestias. Le dejo un chubasquero y un casco, y vamos hacia su casa.
Cuando llegamos, veo la casa de las pesadillas. La casa en la que vive lleva deshabitada mucho tiempo, y es el lugar donde vamos cuando queremos impresionar a las chicas para asustarles. Por el pueblo circulan miles de historias sobre la casa...
Paro, y la acompaño a la puerta, nos despedimos, rápido y ella entra, yo vuelvo a casa, y telefoneo a Leo. Le cuento lo que ha pasado y donde vive ella.
El resto de la tarde, me la paso pensando en Claudia. En su casa. En porque se ha venido a vivir aquí, a un pueblo en mitad de ninguna parte, apartado de todo, y que en invierno suele quedarse aislado.
¿Acaso su familia está huyendo de algo? ¿Por qué ahora viven aquí? Espero que sea algo temporal, porque pensar en Claudia me da escalofríos.
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