CAPÍTULO 6
Pip. Pip. Pip...
-...parece que abre los ojos...
Un sonido extraño.
Pip. Pip. Pip...
Mis párpados se mueven un poco, y se comienzan a abrir. Poco a poco. Veo borroso. Un techo blanco. Me duele todo el cuerpo, y me duele también respirar. Finalmente consigo parpadear varias veces, y consigo ver bien. Mi madre está sentada enfrente mío. Sonríe. Y se acerca para besarme en la frente. Mi hermana también está aquí, y me toma la mano.
-¿Do-donde estoy?-digo dificultosamente. Me cuesta un poco hablar.
-¿No lo recuerdas?-dice mi hermana. Yo niego con la cabeza-Te atropelló un coche la noche del baile.
Cuando lo dice, comienzo a recordar. El impacto de mi cuerpo contra el metal duro del coche, mi cuerpo quemándose con el asfalto, la nieve mojándome, lágrimas saliendo de mis ojos, y Claudia con otro chico...
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?
-Dos días-mi hermana me comprueba de arriba a bajo.-¿No te duele?
Entonces me percato de que no puedo mover los dedos del pie derecho. Lo miro, y está en alto, con una escayola hasta la rodilla.
-Te han tenido que operar de la pierna, te la partiste al igual que el brazo.
Compruebo, que también está escayolada.
Sonrío por no echarme a llorar. Ahora no voy a poder andar... Voy a tener que estar tumbado en la cama sin hacer nada... Vaya mierda de vida. Claudia está con otro, me atropellan, me operan....
No me apetece ver a nadie, así que vuelvo a cerrar los ojos y me duermo.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, no se cuanto tiempo he pasado con los ojos cerrados. Pero ya no hay nadie en la habitación. Resoplo. No puedo hacer nada. Llaman a la puerta.
-Pasa-digo, suspirando. Debe de ser mi madre.
Pero para mi sorpresa entran Ali y Leo. Me abrazan como pueden, y Leo me revuelve el pelo.
-¿Cómo estás?-Ali me abraza, y se le quiebra la voz-Pensé que no te despertarías....-comienza a llorar-cuando te vimos tirado en el suelo, pensamos, pensamos... lo peor.
Le doy unas palmadas en la espalda con mi mano buena.
-Ali, no llores, que estoy bien-digo. Me mira a los ojos, y sorbe la nariz.
Leo me da una bolsa roja brillante.
-Toma anda, un regalito-.
-Hey, no hacía falta-digo mientras saco un paquete de la bolsa.
Lo abro. Las tiras de papel rasgado caen sobre la cama. Son rotuladores. Los miro levantando una ceja.
-Son para pintar en tu escayola-dice Leo encogiéndose de hombros y sonriendo. Me los quita y me pinta la escayola de la pierna.
Paso un buen rato con ellos. Pero se hace tarde y tienen que coger un autobús para el pueblo, y no quieren perderlo. Se despiden y se van.
Mi madre vuelve por la noche.
Los días en el hospital han pasado lentos y aburridos. Pero por fin, me dan el alta y me puedo ir a casa.
Cuando llego mis amigos me esperan con más gente en la puerta de mi casa con una pancarta. Cuando bajo ( voy penoso, porque tengo que usar silla de ruedas...) todos vienen a saludarme. Me firman en las escayolas con los rotuladores de Leo y Ali. Han puesto música y comida, y la gente se lo está pasando bien.
Diviso a Claudia. Sigue con el mismo chico. Intento acercarme a ella, pero me ve, y huye. Me doy por vencido y me quedo en un sofá viendo como la gente se lo pasa bien mientras yo sufro en silencio.
Leo se queda a dormir en mi casa. Me cuenta cosas nuevas sobre Claudia. ha estado investigando, y por lo que dice, Ali sabe cosas de su vida.
-Bueno, he estado investigando por tu culpa, tu me hiciste dudar.
Le miro como si hubiese herido mi orgullo, y entonces estallamos en carcajadas.
-Vale, he investigado porque sí. Se que la casa es de sus padres ahora, que han reformado rápido, porque no querían hacer alboroto, y no querían llamar la atención. Sobre Claudia puedo decirte que tiene un hermano, que no se quien es, y que saca buenas notas, pero eso ya lo sabías. Ali sabe algo más, pero no quiere contármelo....
Me quedo en silencio. Quiero decirle que me he enamorado de Claudia, pero tengo miedo de lo que pueda pensar. No, de lo que tengo miedo es de lo que puede pasar. Pero, no puedo esconder más lo que siento. Debo de hablar con alguien de ella....
-Me....-dudo.
-¿Te?-Leo pone cara de intriga.
-Me gus...-hay, como cuesta decirlo-Me gusta Claudia.
-Te lo dije. Al final te enamorarías de ella.
-Pero creo que tiene novio....
-Puede ser....siempre va con un chico alto y moreno.
Inflo los carrillos en forma de frustración, y Leo se ríe.
-Oye, ¿no voy a tener que hacer de espía por ti, no?-me dice Leo.
Sonrío, y le pongo ojitos. Finalmente Leo acepta, porque le pone nervioso cuando pongo esa cara.
Seguimos cotilleando de todo un poco por la noche, de tal modo que no dormimos.
Por la mañana Leo se va, y me quedo yo solo con mis absurdas preguntas, mirando el blanco techo tumbado sobre la colcha arrugada.
-El techo es aburriiiido...-digo a la vez que resoplo.
No tengo nada que hacer. N-A-D-A....
Cojo el portátil como puedo y sigo investigando sobre la casa de Claudia. Hay algo que me da muy mala espina. Y yo tengo que averiguarlo.
¿Por qué todo pasa en el momento más inoportuno?
No hay comentarios:
Publicar un comentario