Relato del concurso de Angie

La miel goteando sobre su piel, sus labios rozando mi cuello, nuestra piel de gallina, nuestros cuerpos fundidos en uno, sus ojos, su mirada, mis susurros, sus jadeos, todo ha sido perfecto; al fin y al cabo, tal y como ambos queríamos: ella necesitaba sentirse amada y yo, quería disfrutar por fin de ella. Ya nada me ata a ella, ya puedo continuar mi camino.

Oigo una voz: <<¡¡Alexis!!, ¡¡Alexis!! despierta!!>>

Mi giro y me tapo con la sábanas, no quiero levantarme ahora, no me apetece.Un brazo me zarandea e instintivamente le lanzó un puñetazo, me incorporo de golpe y le grito:

-¿¡Qué quieres, coño?!

-Tenemos un grave problema -me dice mi hermano menor, Apple, así le digo yo; mi madre llega a mi habitación con cara de preocupación y lanza un suspiro- Ya te advertimos que tendrías un problema con el casino.

-¿El casino? -pienso- Ah si, vale, las noches de parranda que vivido allí desde los diecisiete.

-A ver -suspiro-, ¿qué problema hay?

Mi madre lee un papel, le tiemblan las manos y tiene la voz hecha un nudo:

- Desestimado Alexis Gentz, le enviamos esta notificación para hacerle saber sobre su inmensa deuda en el casino "Everytime Happy" de  38,750$. Recuerde que tiene un plazo de dos meses para pagar toda la deuda o, en caso contrario será demandado a las fiscalía de asuntos internos de California. Atte: Administración de "Casino Everytime Happy".

-Fin

-Bueno, vale, si, muy bien, ya lo pagaré en su momento.

-Pues tendrá que conseguir ya un trabajo; yo no pienso darte ni un duro -dice Apple.

-Verás, existe otro tema del cual no te he hablado -a mi madre se le entrecorta la voz, suena muy defraudada pero, ¿qué esperaba? ¿Un hijo abogado, médico o director de un banco? ¡¡Por favor!!- Anoche vino la policía estatal buscándote, dicen que es ya las séptima vez que te ven conduciendo ebrio y drogado hijo. Te conocen, ya he pagado dos multas por ti -me entrega dos papeles donde lo confirman y añade otro más- Estos 2,500$ te toca pagarlos a ti.

-Que siii, vale, muy bien, ya me las apañaré -resoplo-. Y ya, dejadme en paz.

Lo poco que queda de mi deshecha familia se va, y yo me quedo solo en mi habitación pensando en las musarañas. Me miro un rato en el espejo, mis músculos marcados, mis calzoncillos ajustados, pongo una sonrisa seductora y guiño un ojo, eso derrite a las nenas. Observo atentamente mis rasgos y disfruto de mis bíceps hasta que suena mi móvil, es ella, Candela. Recuerdo sus cintura, sus curvas, su mirada penetrante y sus largos cabellos son todos un deleite para mis sentidos. Contesto mientras humedezco mis labios.

-Buenos días mi amor... -susurra.

-Oh, buenos días cariño, ¿cómo has pasado la noche?

-Mal, mal, muy mal -me dice ella, picarona-. No he podido dormir sin ti a mi lado.

Ya está, empieza con sus romanticismos, ¡¡qué pesada es!!

-Y bueno, ¿para que me llamabas?

Ella gimotea un poco.

-Pensé que me dirías algo...

-¿Algo? No te entiendo, cariño -digo así, para suavizar las cosas.

-Claro, supuse que me extrañarías, al igual que yo a ti -suelta en un lánguido suspiro, con voz melosa.

-Oh mi amor -digo como si me hubiesen enternecido sus palabras-, cariño, claro que te he echado de menos; pienso día y noche en ti. Es más, esta noche he soñado con nosotros dos, ya sabes...

-De eso quería hablarte, necesito que quedemos, tengo una noticia para ti.

-¿Tiene que ser ahora mismo?

-Si, lo antes posible.

-Verás tengo un asunto pendiente con mi hermano -miento- y te agradecería que me lo dijeras por teléfono, pichoncito mío -puaj, odio ser cursi.

-Ohhh -suelta, emocionada-, si me lo pides así te lo diré: ¡¡estoy embarazada!! Cariño, será hermoso, a lo mejor son mellizos o gemelos. Podremos formar una familia y ser muy felices y...

Ella sigue a su rollo, me quedo paralizado. Un hijo es lo que menos necesito ahora. Oh, Dios mío, cuantos problemas se me vienen encima. Tengo que planear algo rápido y ya.

-¿Cariño? -me dice Candela, suavemente.

-Oh mi amor -suelto rápidamente-, ¡¡no sabes lo feliz que me haces sentir!!

-¿Si?

-Estoy muy emocionado por este hijo... o hija -tartamudeo.

-Cariño, pensé que querrías dejarlo si te lo decía. ¡Me haces tan feliz!

-No tanto como a mi, cariño, tengo que dejarte, mi hermano viene a recogerme.

-Claro que si, cariño, ten un buen día.

-Un beso

-Un beso, mi amor.

Mi amor, olvídalo, tengo que escapar de mi suerte. Me iré a un pueblo perdido, si, eso haré. Le escribiré una nota a mi hermano diciendo que me he suicidado, cambiaré de identidad, pero, sobretodo, me aseguraré de que ese bebé no nazca.

Al día siguiente Alexis escribió su nota de suicidio, diciendo que se tiraba al mar. Atropelló a Candela y se fue de viaje muy lejos con el dinero de su madre y de su hermano y así, cambiando de identidad:

-Bienvenido a ".p.u.e.b.l.o", Mathías Rodríguez -me dije a mi mismo al bajar del avión, con una satisfactoria sonrisa.